Reproduzco la reseña escrita por Enrique Alvarado publicada en la edición de mayo de la revista Variopinto. Es apenas la segunda vez que mi trabajo es reseñado en un medio no especializado en cómics (el otro caso es Emeequis) ¿será porque en ambos casos he sido colaborador de tales revistas?
La muerte discursada gráficamente
Enrique Alvarado
En sus recientes publicaciones, 13 muertes de Buba y Flor de adrenalina (mismas que ya existían en formato digital), el historietista capitalino fusiona versos con ilustraciones, con la única pretensión de aligerar la carga simbólica de la muerte y acercarla a la apreciación popular.
A pesar de que en estas tierras desde la niñez se inculca la idea de que la muerte no debe ser un fenómeno temido, sino una sucesión de hechos tan propia que por ende puede ironizarse, también es cierto que el temor hacia ella es una cualidad difícil de desprender.
Además de aproximar el concepto de la muerte hacia los niños (y los no tanto), el trabajo lirico-gráfico de José Quintero muestra las distintas aristas que esta concepción funesta ostenta aún en la absurda negación de su existencia.
Tanto en 13 muertes de Buba (Mono Barroco, 2013) como en Flor de adrenalina (Mono Barroco, 2012), el historietista oriundo de la Ciudad de México exhibe de manera precisa el fin de la vida terrenal, no como un significado abstracto, sino como un signo propio de la cultura occidental, ya que al ilustrar a la catrina, ésta pierde toda la seriedad que pudiera poseer y se traslada a un terreno de fácil asimilación.
Poco importa qué obra se tenga entre manos, el mensaje del autor y su humor funesto resulta tan claro que la discrepancia cromática entre un libro y otro queda fuera. Si por un lado la historieta de acuarelas en 13 episodios mortíferos, condensa el arcoíris que puede ser la muerte; en otro paraje, las historias poéticas ilustradas en monocromo expresan desfachatadamente cierta esencia mortal, con la diferencia de que esta obra es dividida en flores de amor, muerte y vida, siempre dentro del mismo ramillete conceptual.
Mención aparte merece Buba. esa pequeña niña difícil de explicar y gran protagonista. Una concepción de Quintero que funciona como chivo expiatorio en todas las historias empleadas para reforzar la idea de la muerte dentro de la propia vida y su naturalidad. La cara sonriente y tierna de esta criatura provoca un lamento superficial de su muerte, pero que a la vez funge como catalizador de las emociones propias.
No obstante, el gran acierto de Quintero se refleja en la conjugación de la poesía moderna y la ilustración vanguardista. El texto y el dibujo se interpretan tan idénticos que dan la sensación de haber sido creados a la par: linea tras palabras o trazo y verso.
Es por ello que la labor gráfica y poética de José Quintero resulta tan irreverente y aliviadora como lo es soltar una broma en medio de un funeral, letras sin complicación y Ilenas de coloquialismo pero no por ello simples, con la capacidad de aligerar el impacto emocional que representa la extinción del ser.Enrique Alvarado es periodista independiente, colabora con la revista Hashtag.