By José Quintero

Expo efímera en Puebla

Expo efímera en Puebla

Y cuando digo “exposición efímera” me refiero justamente a eso. Las seis obras con las que participaré en el programa Sábados Culturales de Palacio serán exhibidos desde las las 11 am. hasta las 17 o 18 hrs. en que cierra sus puertas el benemérito inmueble.
He aquí una buena opción por si están en la ciudad de Puebla y no tienen nada mejor qué hacer alrededor del medio día.

Saludos cordiales y ya regreso a mi roca flotante en la zona negativa.
JQ

By José Quintero

Ecos descalcificados

Calaveras de nadie, la más reciente exposición individual montada en torno al trabajo gráfico de quien esto escribe, se inauguró en septiembre de 2018 y fue clausurada en febrero del año en curso.

El resultado no me dejó ni remotamente satisfecho por la relativa debilidad de la producción gráfica realizada hasta ese momento (los cuadros pintados en acrílico, particularmente) y la falta de imágenes contundentes y -por tanto- dignas de memoria; pero nunca está de más detenerse a contemplarse a través de la propia obra y evaluar el camino andado. En ese sentido la exposición cumplió con su cometido de forma cabal.

Traigo a cuento la finada exposición porque estuve desconectado de este blog por esos días y no hice ni la invitación correspondiente ni su debido registro histórico, cosa que me dispongo a corregir en este post extemporáneo compartiendo algunas fotos además de la ficha curatorial. 


CALAVERAS DE NADIE

Son dos los aspectos con los que la muerte ha fascinado tanto al anciano que fui en mi remota juventud como al adolescente que soy hoy día. Por un lado, su vertiente conceptual: antípoda de la vida, encarnación de la nada, diva de la antimateria. Por el otro -acentuado por el paso y el peso de mis años como dibujante- se encuentra su belleza oscura y brutal como un hecho plenamente estético. Existe una enorme fuerza plástica en ese artefacto barroco que se encuentra plantado dentro de la viva carne de cada uno de nosotros. Traer sembrada a la muerte desde nuestro nacimiento es un hecho morbosamente plástico.

Bella, siniestra, grácil y seductoramente compleja resulta la muerte para el ojo casquivano del artista; quien -a punta de lápiz o cualesquiera otra herramienta de reminiscencias fálicas- pretende desvelar el mas apartado y poroso rincón de la arquitectura ósea de la dama de calcio. 

Así como en los seres vivos más desarrollados la expresión facial -e incluso la sola mirada- son el foco que revela la vida interior; es el rostro descarnado del esqueleto (la calavera propiamente dicha) lo que evidencia la vastedad emocional que, a pesar de su gestualidad imposible, nos pone a filosofar crudamente sobre la existencia humana al tiempo que nos vigila con ese par de pozos vacíos que son sus cuencas oculares. Pozos inertes que, sin embargo, nos miran fijamente desde el fondo de la nada. Y uno sabe que en lo más profundo de esos hoyos hay alguien -o algo- dialogando con nosotros a través de la mirada.

La columna vertebral de esta muestra ilustropictórica (valga la ósea analogía) reposa, pues, sobre la belleza mórbida y exuberante del esqueleto humano. Reflexión gráfica articulada por colores encendidos, trazos violentos, formas orgánicas y situaciones mas o menos dramáticas que tienen a la muerte -en sus varias acepciones simbólicas- como personaje central. 

Calaveras de nadie es, a pesar a lo que sugiere su fúnebre pluralidad, el diálogo personalísimo del autor con su propia calavera y, si me es permitido el exceso retórico, con la muerte sembrada en carne propia.


CALAVERAS DE NADIE

Gráfica ósea de José Quintero
Inauguración: 8 de septiembre de 2018 20:00 Hrs.
MUSA Cultura visual
3 Sur #504, Puebla, México.


By José Quintero

El arte de la estampa en Puebla

[vc_row][vc_column 0=””][vc_column_text]Por iniciativa de Trazo Laboratorio, el próximo 13 de mayo se presentará la exposición El Arte de la Estampa y Desert Triangle en la Galería Integrarte, en la mismísima ciudad de Puebla (qué chula es Puebla, qué linda). Un sexo-servidor asistirá en calidad de invitado especial y, si las cosas salen bien, presentaremos una o dos serigrafías impresas por el brazo poderoso y venudo del maestro Arturo Negrete. El colega Jilipollo exhibiirá 5 piezas de su autoría y todos juntos exhibiremos nuestras desvergüenzas.
Invitados están.
El Arte de la Estampa por Arturo Negrete y Desert Triangle, Print carpeta.
Inauguración 13 de mayo 2017 a las 18:30 horas.
Galería Integrarte – 23 sur 4120
Ex Hacienda la Noria Puebla, México.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row 0=””][vc_column 0=””][vc_gallery type=”image_grid” images=”12347,12348,12349″ img_size=”medium 200×200″ css_animation=”fadeIn”][/vc_column][/vc_row]

By José Quintero

El fango de los mitos

[vc_row][vc_column width=”1/1″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/1″][vc_column_text margins=”0 0 35px 0″]Bajo nuestra piel, vestida con la seda del racionalismo; Dentro de esos gadgets tecnológicos que manipulamos con pedantería post-humana; Detrás del estudiado gesto con que nos inmortalizamos en cada selfie (con cuyo nacimiento muere simultáneamente una neurona del inconsciente colectivo), hay un pequeño mono asustado por el rayo.
El sistema operativo de nuestra mente -diga lo que diga su etiqueta- opera con pulsiones primitivas, arcaicas y mágicas. Debajo de nuestra elaborada coartada racional reposa el mito.

Conocí el concepto de “el fango de los mitos” atendiendo a una charla desarrollada en el Buzón Ciudadano por Lutz A. Keferstein* (quien lo retomó, a su vez, de su maestro Carlos Rivas).

El fango de los mitos es ese lugar al que debemos acudir cíclicamente para verter en él todo nuestro caudal de pensamientos, ideas y convicciones. En su lodo glutinoso se hundirá -para quedar estancado en esa agua estancada- todo aquello que nos ha sido introyectado artificialmente (es decir, culturalmente) pero que no nos pertenece en lo esencial. Todo aquello que no nos ayuda a crecer (emociones tóxicas, ideas patógenas, ideología chatarra) quedará sepultado debajo del agua bruta. Pero del hundimiento se salvará lo que es auténticamente nuestro, lo que pertenece a esa especie a la cual pertenecemos, lo que expande el diámetro de nuestra esfera de consciencia.

Esta exposición es mi propio fango. Ante ustedes he venido a verter los iconos, mitos y arquetipos más caros a mi entraña creativa para re-crearme en su compañía cuantas veces sean necesarias (a fin de cuentas, uno siempre es su propio Dios y su propio gólem).
Acá traigo el arsenal de calaveras que me heredó don Lupe Posada; acá traigo una veintena de Carontes que se ofrecen a cruzar conmigo el río ya sea en barca, bicicleta, carroza, trajinera e incluso a pie. Aquí aparecen La Justicia, La Madre Patria, el águila y la serpiente, La Guadalupana, el escudo nacional, el colibrí.
Y, a falta de Virgilio, acá hace acto de presencia la Buba -quien quizás sea mi mejor aportación al imaginario colectivo- para acompañarme en este paseo por el infierno.

En la versión de Rivas-Keferstein, el fango es un cementerio de mitos. En la mía, el fango de los mitos es un manantial depurador; una fuente a la que podemos acudir para restaurar nuestro propio arsenal mitológico. Dialogar con el pasado remoto a través de esa cosmovisión articulada es una forma de retener la sustancia primitiva que aún da sentido a nuestro ser individual y colectivo.

En tanto nuestro pensamiento siga operando de manera irracional (que es una forma educada de decir que como especie somos poco más que simios con tatuajes, bigote recortado y un gatito por mascota), seguirá siendo indispensable pintar bisontes u otros bichos en las paredes de la cueva, salvo que esos bichos son ahora pintados en Photoshop e impresos en un plotter con salida de 60 x 90.
En tanto nuestro pensamiento siga operando de manera irracional, habrá que sentarse cada noche alrededor de una fogata (o desde la comodidad de una computadora personal) a relatar nuestro origen y el origen de las cosas y a recrear -con ello- el mundo.

José Quintero. Marzo 2015

* Lutz ha roto mi prejuicio acerca de los amantes del Heavy Metal, a quienes yo solía calificar (a la manera nietzscheana) como “seres de cabellos largos e ideas cortas”. Lutz es vocalista de la banda Dirty Woman, echa muy buenos rollos filosóficos y siempre está pelado a rape.
“Comparte” si le entendiste a mi chistorete, da “Like” si te hizo gracia.[/vc_column_text][vc_gallery type=”image_grid” interval=”3″ images=”2808,2807″ onclick=”link_image” custom_links_target=”_self”][/vc_column][/vc_row]

By José Quintero

Tu espíritu de lumbre

[vc_row][vc_column][vc_column_text margins=”0 0 35px 0″]De mi reciente visita a Monterrey vuelvo con gratas experiencias; El reencuentro con una ciudad que excita mi morbo antropológico; el reencuentro con viejos y nuevos amigos (nodos emocionales que he ido cultivando por aquí, por allá y por acullá), una charla con un grado de dificultad técnica considerable y una exposición mucho más vistosa de lo que había pronosticado mi pesimismo orgánico.
El título de la expo surge -por cierto- del poema Palabras fundamentales de Nicolás Guillén, una batería de versos poderosísimos que imbuyen el espíritu (justamente) de lumbre y combustible para las batallas más sublimes e incluso para las pedestres.

Haz que tu vida sea campana que repique

o surco en que florezca y fructifique

el árbol luminoso de la idea.

Alza tu voz sobre la voz sin nombre

de todos los demás, y haz que se vea

junto al poeta, el hombre.

Llena todo tu espíritu de lumbre;

busca el empinamiento de la cumbre,

y si el sostén nudoso de tu báculo

encuentra algún obstáculo a tu intento,

¡sacude el ala del atrevimiento

ante el atrevimiento del obstáculo!

El Razor, un nuevo-viejo camarada hizo las veces de anfitrión y presentador y el Kampe, un viejo-nuevo camarada escribió el texto inaugural de la exposición. Y ese notabilísimo texto suena así:

En el planeta de la producción gráfica existen muchos virtuosos y gente construida sobre la obstinación de sus trazos, pero son pocos los que alcanzan a hacer de su dominio gráfico una narrativa simbólica coherente y crítica. José Quintero es uno de ellos, juega con los límites de la plástica desplazándola hasta la narrativa del folklore mexicano y la mitología clásica. La pequeña Buba viste trazos austeros y aparece en una complejidad retórica y gráfica agregándose al equilibrio del cuadro como una mariposa en el extremo de una balanza, como el lunar en la mejilla de una Marilyn Monroe.

Es difícil explicar la integración de la complejidad del contexto gráfico y Buba, lo pequeño y lo siniestro, lo sublime y lo ominoso, creo que el relato de cada imagen es el hilo que teje esta integración.

La muerte solo es posible al lado de Buba a condición de que sea Aqueronte, un servidor de la vida y la voluntad de la pequeña que atraviesa el vertiginoso río del Letheo.

La muerte aquí no es la destrucción creativa que manifiesta la tradición hegeliana, es la interpretación que Quintero hace de la inmanencia nietzcheana, es la expresión de la voluntad como extensión de la conciencia. Luz y sombra, fuego y agua, mar y tierra, cielo-tierra, vida y muerte son los pares dialecticos clásicos tratados en diversas producciones gráficas pero que en la obra de Quintero aparecen desdibujando esta tensión con el trasfondo de un nacionalismo pop, de una crítica política, de una red de mitologías prehispánicas y contemporáneas con símbolos universales y locales. Iconoclasta a veces y sacrificial otras, faltan las palabras para explicar los porqués de sus formas, tal vez haga falta que un mutismo de Buba de un machetazo nos explique, nos hable. Esta es parte de su obra, adelante…

Francisco Lugo Kampe

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