Tu espíritu de lumbre

De mi reciente visita a Monterrey vuelvo con gratas experiencias; El reencuentro con una ciudad que excita mi morbo antropológico; el reencuentro con viejos y nuevos amigos (nodos emocionales que he ido cultivando por aquí, por allá y por acullá), una charla con un grado de dificultad técnica considerable y una exposición mucho más vistosa de lo que había pronosticado mi pesimismo orgánico.
El título de la expo surge -por cierto- del poema Palabras fundamentales de Nicolás Guillén, una batería de versos poderosísimos que imbuyen el espíritu (justamente) de lumbre y combustible para las batallas más sublimes e incluso para las pedestres.

Haz que tu vida sea campana que repique

o surco en que florezca y fructifique

el árbol luminoso de la idea.

Alza tu voz sobre la voz sin nombre

de todos los demás, y haz que se vea

junto al poeta, el hombre.

Llena todo tu espíritu de lumbre;

busca el empinamiento de la cumbre,

y si el sostén nudoso de tu báculo

encuentra algún obstáculo a tu intento,

¡sacude el ala del atrevimiento

ante el atrevimiento del obstáculo!

El Razor, un nuevo-viejo camarada hizo las veces de anfitrión y presentador y el Kampe, un viejo-nuevo camarada escribió el texto inaugural de la exposición. Y ese notabilísimo texto suena así:

En el planeta de la producción gráfica existen muchos virtuosos y gente construida sobre la obstinación de sus trazos, pero son pocos los que alcanzan a hacer de su dominio gráfico una narrativa simbólica coherente y crítica. José Quintero es uno de ellos, juega con los límites de la plástica desplazándola hasta la narrativa del folklore mexicano y la mitología clásica. La pequeña Buba viste trazos austeros y aparece en una complejidad retórica y gráfica agregándose al equilibrio del cuadro como una mariposa en el extremo de una balanza, como el lunar en la mejilla de una Marilyn Monroe.

Es difícil explicar la integración de la complejidad del contexto gráfico y Buba, lo pequeño y lo siniestro, lo sublime y lo ominoso, creo que el relato de cada imagen es el hilo que teje esta integración.

La muerte solo es posible al lado de Buba a condición de que sea Aqueronte, un servidor de la vida y la voluntad de la pequeña que atraviesa el vertiginoso río del Letheo.

La muerte aquí no es la destrucción creativa que manifiesta la tradición hegeliana, es la interpretación que Quintero hace de la inmanencia nietzcheana, es la expresión de la voluntad como extensión de la conciencia. Luz y sombra, fuego y agua, mar y tierra, cielo-tierra, vida y muerte son los pares dialecticos clásicos tratados en diversas producciones gráficas pero que en la obra de Quintero aparecen desdibujando esta tensión con el trasfondo de un nacionalismo pop, de una crítica política, de una red de mitologías prehispánicas y contemporáneas con símbolos universales y locales. Iconoclasta a veces y sacrificial otras, faltan las palabras para explicar los porqués de sus formas, tal vez haga falta que un mutismo de Buba de un machetazo nos explique, nos hable. Esta es parte de su obra, adelante…

Francisco Lugo Kampe

José Quintero

Dibujante autodidacta, domador de historietas, cultor del verso, del ripio y del axioma, artista siempre abismado en las grandes incógnitas del ser humano.

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